Cómo determinar si tienes una plaga de ratas en Sevilla
Cuando afrontamos una posible infestación de ratas sin contar de primera mano con profesionales del control de plagas en Sevilla, a veces se cometen errores de mayor o menor calado, como pueden ser no utilizar el tratamiento adecuado o no estimar el tamaño de la plaga correctamente, consiguiendo no erradicar la plaga sino solo minimizar su población.
Hoy te vamos a mostrar cómo se determina que, en efecto, estás sufriendo una plaga de ratas, y cómo puedes saber algunas características de la misma antes de llamar a los profesionales.
En el momento que lleguen los técnicos, verás que la primera inspección que se realiza sobre la zona afectada es fundamental. Los técnicos han de observar los indicios y las evidencias de la presencia de roedores. Una información que comienza a dejar claro factores como el tamaño de la infestación, las zonas más transitadas o dónde tienen establecidos los lugares donde se alimentan.
A partir de estos datos y los que se tomen en siguientes inspecciones, los técnicos deben establecer la gravedad y el alcance de la incidencia de una manera eficaz y profesional de cara a trazar el plan de acción.
¿En qué me puedo fijar para saber si tengo una plaga de ratas?
Pero antes incluso de hacer la llamada a los profesionales del control de plagas en Sevilla, es posible que puedes recabar alguna información que a buen seguro te dará una medida del problema al que te enfrentas. Más allá del avistamiento de algunos ejemplares, existen algunos detalles en los que se puede reparar:
- Los excrementos: Encontrar excrementos de roedores de diferentes tamaños indica que estamos ante un grupo de distintas edades y por tanto, que lleva cierto tiempo asentado. Obviamente además del tamaño, la cantidad de excrementos nos puede dejar constancia de que se trate de una plaga de mayor o menor tamaño.
- ¿Ratas o ratones? Para distinguir si se trata de ratas o de ratones, basta con fijarse en las marcas de las roeduras. Las ratas dejan unos agujeros más grandes que los ratones, y son agujeros hechos de una manera más irregular. Mientras que los ratones dejan agujeros más pequeños y de una manera más uniforme.
- Las marcas de grasa: Cuando la suciedad del entorno por el que se mueven se va mezclando con la grasa de la piel de los roedores, comienzan a dejar marcas por las paredes. Si estas marcas aún manchan quiere decir que son marcas frescas, y por tanto la plaga es una realidad.
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